LA IRA DE UN DIOS MUY CERCANO
El cuerpo es un intermediario
y el Dios que tenemos más cerca.
Requiere cuidados, rituales y primicias.
Resiste toda provocación y es lento en el enojo;
pero si lo has desaguardado,
nada te salvará de su ira.
Tseng Feng Hsi. Dinastía Yuan
(Alberto Laiseca. Poemas chinos, Buenos aires, Libros de Tierra Firme, 1987)
domingo, 27 de enero de 2008
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